Empatía para la gestión de lo común
4 estrellas
Advertencia de contenido Se vienen trozos de trama
Gaverel Rocannon es un etnólogo de La Liga cuyas tardes de trabajo en el museo en la Capital de la asociación intergaláctica iban a acabar tras conocer a Semley, una princesa de un pueblo remoto y "primitivo" sobre cuyos habitantes habitantes se había iniciado la investigación etnológica. Rocannon planteó a La Liga, una vez Semley fue llevada por los Gdemiar hasta la capital de La Liga utilizando una de sus naves, un desembarco en el planeta para unirlo a la asociación. Sin embargo, ésta fue ataca nada más llegar al planeta por un pequeño planeta rebelde, Faraday, a La Liga que tenía el planeta de Fomalhaut II como base interplanetaria secreta y que conspiraba, desde allí, contra la propia Liga. El único superviviente de la expedición fue el propio Rocannon. Él y el libro que contenía toda la información que él y otros etnólogos había extraído del planeta en las décadas anteriores. Su ansible, un medio de comunicación instantáneo (hiperlumínico), también ha sido destruido. Los únicos disponibles se hallan en el seno de las 7 naves HL que los rebeldes guardan en su base y que son las esperanza de Rocannon para poder enviar un mensaje de S.O.S a La Liga.
El señor de Hallan, Mogien, nieto de Semley, conoce a Rocannon desde otras expediciones y decide acompañarlo en la búsqueda de aquellos que acabaron con sus amigos. Mogien es un Liuar, o humano. En Fomalhaut II, los Liuar o humanos han desarrollado dos subespecies que incluso se han diferenciado físicamente: los señores angyar, de piel oscura, altos y de pelos rubios, y los olgyor, de piel clara, pelo oscuro y algo más bajos. Con estos Liuar, en Fomalhaut II conviven dos razas de pequeños antropoides, los Gdemiar (trogloditas de las cavernas) y los Fiia (habitantes de los prados), que antes eran una sola raza y utilizaban la telepatía como norma de comunicación. Estas dos especies comparten el planeta con una tercera especie antropoide que ha desarrollado la eusociabilidad, que construye grandes edificios colmena y que cuenta, al menos, con tres castas separadas. También, como muchas colmenas y hormigueros, cuentan con sus propios parásitos: los Kiemhrir, una especie de roedores amantes de las palabras, muy inteligentes.
Sin entrar a desgranar mucho más la historia, si me quiero detener en una de las reflexiones que realiza la autora a través de sus personajes e interacciones. ¿Por qué Faraday decide rebelarse contra La Liga? La Liga basa su proyecto en la cesión de tecnología a los mundos con los que se asocia. Basándose en una tecnología común, todos pueden comerciar entre sí e intercambiar información pero, tarde o temprano, si esta tecnología incluye armas, éstas pueden ser utilizadas en contra de cualquier mundo. Si lo primero que se pone delante es la tecnología, no enfrentamos a la más que probable competencia entre mundos. Sin embargo, el conocimiento y las relaciones tienen otras formas de fluir. Por ejemplo, en lugar de tecnología se pueden transmitir mejores formas de comunicación. En este caso, la telepatía, que impide la mentira y permite una empatía instantánea. En definitiva, una mejor gestión de lo común: una mejor política. Si lo primero que se compartiera entre mundos fuera la herramienta de la telepatía y no la tecnología, la guerra sería una excepción y no una tendencia.