Cuando no se podía

«Y, entonces, el martes 29 de agosto, Manuel bajó temprano a la tienda porque tenía que devolver el pan que no había vendido el día anterior. Encarna no lo acompañó porque tenía que ocuparse del perro. Tuvo un mal presentimiento, nos dice, una experiencia que relatan muchas de las familiares de víctimas de atentado. En un momento indeterminado, entre las ocho y media y las diez y media de la mañana, una o dos personas entraron en la tienda y dispararon catorce balas contra Manuel, que no pudo huir».

El Partido Popular obtuvo dos concejales en las elecciones al Ayuntamiento de Zumarraga, en las que Manuel Indiano figuraba como número seis de la lista. Las de 1999 fueron unas elecciones anómalas en Euskadi porque ETA había decretado una tregua. Pero la tregua se rompió a finales de ese año: hubo varias renuncias y dimisiones en las filas populares y Manuel, que se había mudado a Euskadi hacía poco para poder vivir su historia de amor con su prima Encarna, acabó siendo concejal. Pocos meses después, sería asesinado por ETA.

Este libro recupera el caso de Manuel Indiano, una de las víctimas menos reivindicadas —quizás por lo atípico de su historial político—. Y lo hace cuestionando los tópicos con los que los medios lo contaron entonces: un tendero de chuches que venía de un barrio popular de Madrid y había llegado a la política sin una ideología precisa, fruto de su irreverente historia de amor. Cuando no se podía cruza esta historia con la de la propia autora: militante de izquierdas que ocupa sus días analizando películas y discutiendo en bares del centro de Madrid sobre un tiempo político, finales de los 90, en los que un giro progresista del país parecía imposible. Y sin embargo, en la trágica forma en la que la vida particular de Manuel se vuelve un accidente histórico encuentra una reflejo desconcertante, una verdad.