Cuando eres gentleman la vida te viene guanga
5 estrellas
Cuando los libros son así bien buenísimos como que no me dan ganas de escribirles reseñas. Me dan ganas de que sean muy leidos y poder hablar dellos con todo el mundo. ¡Quisiera que mis reseñas trajeran lectores e interlocutores! Aquí ya van varias contradicciones ¿no? La primera que me resulta evidente es que casi nadie lee mis reseñas de modo que no importan. Segunda: que si no escribo las reseñas pues menos las leen.
Por otro lado cuánto me enfada leer malas reseñas (o buenas reseñas que hablan mal) de los libros que más me gustan. Es más: de los libros que me gustan muchísimo realmente no quiero ni enterarme de opiniones, mejor ni me digan. No, nada me digan. A menos de que opinen que son los mejores libros que han leido, lo mismo que yo. Por que ay qué librazo, ¿síono? Claro que sí, qué bueno es. …
Cuando los libros son así bien buenísimos como que no me dan ganas de escribirles reseñas. Me dan ganas de que sean muy leidos y poder hablar dellos con todo el mundo. ¡Quisiera que mis reseñas trajeran lectores e interlocutores! Aquí ya van varias contradicciones ¿no? La primera que me resulta evidente es que casi nadie lee mis reseñas de modo que no importan. Segunda: que si no escribo las reseñas pues menos las leen.
Por otro lado cuánto me enfada leer malas reseñas (o buenas reseñas que hablan mal) de los libros que más me gustan. Es más: de los libros que me gustan muchísimo realmente no quiero ni enterarme de opiniones, mejor ni me digan. No, nada me digan. A menos de que opinen que son los mejores libros que han leido, lo mismo que yo. Por que ay qué librazo, ¿síono? Claro que sí, qué bueno es. Bueno, listo, con eso ya conversamos bastante.
Qué bueno que tuvimos esta charla.
Pues por que el libro de Jonathan Strange y Mr. Norrell está bueno.
Ora no les voy a contar de qué va este libro pues por que son muchísimos temas, es larguísimo. Creo que es el libro más largo que he leido en toda mi vida. Ciertamente en lo que va del año.
¡Pero como está bueno ese es un gran rasgo! Siento que me mudé a otro mundo por una breve temporada, y estaba suave allá. Es jocosón con partes aterradoras. Como que así es el alma desa gente, no sé ni cómo llamarlos. ¿Son ingleses, son británicos? Son Gentlemen.
Aquí conviene citar a Ortega y Gasset, de su famosa "Meditación de la Técnica". En ese ensayo el filósofo va explorando la noción de tener un programa vital y escribió esto:
"Pero ¿qué es ser gentleman? El camino más rápido para comprenderlo —ya que necesitamos ahorrar al extremo el número de palabras— se nos ofrece si, exagerando las cosas, decimos: el comportamiento que el hombre suele adoptar durante los breves momentos en que las penosidades y apremios de la vida dejan de abrumarle y se dedica, para distraerse, a un juego aplicado al resto de la vida, es decir, a lo serio, a lo penoso de la vida; eso es el gentleman. Aquí se ve también en forma hiriente, por lo paradójica, en qué sentido el programa vital es extranatural. Porque los juegos y los modos de comportamiento que en ellos rigen son pura invención, frente al tipo de vida que la naturaleza da por sí. Aquí, aun dentro de la vida humana misma, se invierten los términos y se propone que el hombre sea en su existencia forzada, de lucha con el medio, según es en el rincón irreal y puramente inventado de sus juegos y deportes.
Ahora bien, cuando el hombre se dedica a jugar suele ser porque se siente seguro en lo que respecta a las urgencias elementales del vivir. El juego es un lujo vital y supone previo dominio sobre las zonas inferiores de la existencia, que éstas no aprieten, que el ánimo, sintiéndose sobrado de medios, se mueva en tan amplio margen de serenidad, de calma, sin el azoramiento y feo atropellarse a que lleva una vida escasa, en que todo es terrible problema. Un ánimo así se complace en su propia elasticidad y se da el lujo de jugar limpio, el fair play, de ser justo, de defender sus derechos, pero respetando los del prójimo, de no mentir. Mentir en el juego es falsificar el juego y, por tanto, no jugar. Asimismo, el juego es un esfuerzo, pero que no siendo provocado por el premioso utilitarismo que inspira el esfuerzo impuesto por una circunstancia del trabajo, va reposando en sí mismo sin ese desasosiego que infiltra en el trabajo la necesidad de conseguir a toda costa su fin.
De aquí las maneras del gentleman; su espíritu de justicia, su veracidad, el pleno dominio de sí fundado en el previo dominio de lo que le rodea, la clara conciencia de lo que es su derecho personal frente a los demás y del de los demás frente a él; es decir, de sus deberes. Para él no tiene sentido la trampa. Lo que se hace hay que hacerlo bien y no preocuparse de más."
Mr. Norrell es elitista, un esnob. Strange es un aristócrata. En Inglaterra o el Reino Unido o Britania o como se llame ya no se practica magia. Quién sabe por qué, algo tuvo que ver el Rey Cuervo, algo las hadas. Ya van cientos de años. Pero hay una profecía: dos hombres devolverán la magia a Inglaterra.
También hay divertida historia alternativa: está la guerra contra Francia, y claro que se mobilizan los dos magos. Pero checa: un mago podría matar a otro hombre usando magia, pero no un gentleman. Sin embargo ventajas tácticas mágicas claro que hay, y muy divertidas de imaginar.
Diferentes también: unas mobiliza Norrell, desde su gabinete, cobrándole por sus servicios al gobierno. Otras mobiliza Strange, heróicamente, en el frente, en las líneas, en la península Ibérica, en la pugna contra Napoleón.
Después de su tour español, Strange no puede volver a la tutela de Norrell y se separan. Otra historia entreverada reune la tercera parte de la profesía y le abona al nudo de la novela, y tiene que ver con el amorrrrrr. Pero no te espoilearé nada, lector.
El texto es ridícula y humorosamente minucioso. Está cuajado de pies de página con aclaraciones de todos tipos y abundantes referencias a libros imaginarios. No en vano, los protagonistas tienen relaciones importantes con libros y bibliotecas. ¡Aún así qué risa, qué delicia! ¡Qué textura llena de recovecos y detalles, qué uso elegante del idioma, qué mundo de alta definición!
Siento nostalgia desde que volví a México, y extraño a mis amigos.